21.7.09

UN INSTANTE



Hay un momento, un instante, en que te detienes, y te das cuenta que la realidad se ha roto en mil pedazos. Miras a tu alrededor y no hay signo de ello. Nadie más que tú lo sabes. Con calma, con cuidado, buscando no romper nada más, te sientas en tu cama, te recargas en algún lado, terminas ese movimiento mínimo y cotidiano detenido por el descubrimiento.
Cierras los ojos y sientes. Eso íntimo, secreto, profundo, dentro de tu carne, que ha cambiado, que despierta, que duele, ese hueco o esa llama.
Te quedas ahí, inmóvil, mientras te inunda el horror de saber que lo que hay piel adentro ya no te pertenece.
Es en esa inmovilidad, siempre, que el cuerpo declara la guerra.

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Efímera
de José Luis Zárate