9.9.09

WATTS

(Flickr Takeshi Sato)



Algo vive en los cables. Algo viaja.
Las luces parecen vernos, el sonido de la electricidad, denso y monótono, ha empezado a modularse. Murmura frases que nadie comprende.
Hay quien habla de electrocutados que se quedaron en el destello blanco, que viven en el fuego que los consumió, otros nos dicen que todo impulso nervioso es de naturaleza eléctrica y la ciudad entera ha alcanzado las conexiones suficientes para pensar, otros mencionan experimentos cuyo fin ignoto nos concierne a todos.
Hay quien dice que la Carne Nueva es eléctrica.
Pero lo cierto es que unos pocos salimos en la noche a ver esas luces densas, nos quedamos en calles vacías donde el murmullo es perceptible, y sentimos el cambio, la transformación, y – también – que ya no estamos solos, que algo plural y enorme nos acompaña.
Mientras estiramos las manos desnudas hacia los cables, comprendemos a las inocentes, tontas, polillas.


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